![]() |
Contemplando los elefantes de Dzanga Bai |
Y os preguntaréis, ¿qué empeño tiene este hombre diminuto en encontrarse con la Reina de Saba? Pues os lo voy a decir: mi mayor deseo secreto (desde este momento, secreto ya no) es pedirle que me otorgue la visión a todo color. Sueño con ver las cosas bañadas en mil colores, como deben ser en realidad. Bastante tengo con ser minúsculo como para, encima, tener que ver el mundo en blanco y negro. Si es, o no, otro efecto de la radiación, yo no lo sé. Pero creo firmemente que las cosas deben ser en color.
El gris está muy bien, y desde luego no se podía pedir otra cosa allá en 1957 cuando empezó todo este experimento con mi película El increíble hombre menguante, pero sospecho que el color existe a mi alrededor; ¿os podeís imaginar la frustración de saberse rodeado de color y no poder verlo? Pienso que los colores cambiarían mi forma de ver el mundo, tal vez sería más optimista, incluso más aventurero…
![]() |
Una imagen de la reina de Saba, siempre con su león |
Continué mi camino valerosamente entre la jungla y, tras unos días interminables entre mosquitos, los más salvajes entre los animales sin duda, ví a lo lejos una cadena de montañas, tras las cuales parece que se encuentra el lago Tanganika. Cuál no sería mi sorpresa cuando divisé a un grupo de esforzados nativos junto con exploradores europeos capitaneados por… el mismísimo Tarzán de los monos! Subían afanosamente los escarpados riscos, con el peligro de caer al vacío, como había visto yo en muchas de las películas que cuentan su vida y hazañas. ¿Sería esta una película más?
![]() |
Tarzán, seguido por un explorador y varios porteadores |
Lamentablemente, la visión duró poco, ya que desaparecieron en las brumas de los altos picos camino del santuario de gorilas de las montañas Virunga. Tras ellos encaminé mis pasos, pues son pocas las ocasiones de hablar con occidentales por estas tierras.
Jo... qué viaje más bonito!
ResponderEliminar