Y es que los insectos saben mucho de mundos diminutos.. ellos atesoran las pequeñas partículas de alimento que para nosotros son invisibles, elaboran minuciosas y asombrosas ciudades, tienden trampas, trepan hasta alturas increíbles, se manejan por la oscuridad con misteriosos sentidos, se comunican en un lenguaje inaccesible para los humanos... Luchan, aman y mueren en un formato mínimo que nos hace mirarles, cuando nos damos cuenta de su presencia, entre la simpatía, la admiración y el asco, según sean hormigas, mariposas o gusanos.
Y es que también a este mundo paralelo le aplicamos las reglas de nuestro, ése si pequeño, mundo mental. Valoramos el mundo natural y animal en función de lo que nos aporta, del uso que le damos, de lo parecidos o no a nosotros y nuestro lenguaje que sean sus especímenes. De todos modos, sus diminutas vidas poco nos importan, aunque demuestren sobrevivir en las condiciones más extremas, en lugares que a nosotros nos resultan vedados.
Salvo los budistas, que ponen buen cuidado en no pisar ni una hormiga, los humanos no conceden a los insectos la categoría de seres vivos; más bien pensamos de ellos que son como pequeñas máquinas sin emoción, sólo alabadas cuando son productivas. Y sabemos tan poco de estos animales! Bueno, de los demás tampoco sabemos mucho, pero parece que les otorgamos algunos peldaños más en la escalera que se acerca al rey (tirano más bien) de la creación.

Por cierto, pensando en el futuro de otro insecto muy querido (y útil), podeís participar en la campaña de Greenpeace: SALVEMOS LAS ABEJAS. Si lo preferís, #SOSabejas No sé si sabréis que las abejas están desapareciendo masivamente en todo el mundo, siendo ya una preocupación a escala gubernamental. Pesticidas y demás productos tóxicos, además de la falta de diversidad genética en flores cultivadas, entre otros factores, están llevando al límite de la supervivencia a un animal crucial en el sistema reproductivo de las plantas y, en consecuencia, con fatales consecuencias sobre el entorno natural y nuestro propio futuro, ya que, directa o indirectamente, la mayoría de los alimentos que consumimos han tenido en estos insectos una de sus escalas obligadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario