Además de a un lago (el más grande de África) la soberana británica Victoria (1819 - 1901) también dio nombre a las cataratas más espectaculares del continente y las mayores del mundo, con más de 100 metros de altura y más de un kilómetro y medio de anchura. En realidad, el verdadero nombre de las cataratas fue Mosi-oa-Tunya, que significa El humo que truena. No me negaréis que es un nombre infinitamente más bonito que Victoria... Están situadas entre Zambia y Zimbabue, integradas en parques naturales de ambos países.
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El omnipresente Livingstone |
Parece que nunca bastaba con los nombres indígenas y que había que darles nombres "serios" a las cosas, qué manía. En el fondo, una forma más de desprecio por la culturas que los exploradores se iban encontrando, más preocupados por alcanzar la gloria y descubrir parajes para su explotación y pillaje que por un auténtico afán de conocimiento. El no respetar los nombres originales no es un juego de letras inocente, sino una forma de borrar la historia previa a la colonización, los dioses que habitaron sus orillas, las leyendas, los albores de la cultura humana en esas tierras y su convivencia con las demás especies animales.
El río Zambeze (en cuyo curso se hallan las famosas cataratas) nace en Zambia, en el África austral, y desemboca en el océano Índico. Es el cuarto río más largo de África. La región por la que discurre este río era relativamente bien conocida, y se denominaba por parte de los geógrafos medievales como Imperio de Monomotapa. Imperio que, dicho sea de paso, ya se encargaron los portugueses de asediar y destruir convenientemente desde que descubrieron los beneficios del tráfico del oro y el marfil (o sea, ese material conseguido con el sacrificio cruel y constante de elefantes).
Lamento contaros también que dos presas (Kariba y Cahora Bassa) han alterado profundamente los ecosistemas del río, de manera que todo el hábitat que surgía con las inundaciones periódicas se ha alterado gravemente, sobre todo respecto a los grandes mamíferos. Es lo que tienen las presas en todo el mundo, que dan mucha energía, sí, pero quitan muchas vidas también, igualmente valiosas. Menos mal que en el África diminuta no hay ninguna presa….
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Vasco da Gama |
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El tiburón de las aguas dulces |
Aunque su sola mención despierte cierto miedo, en realidad los infelices tiburones (imprescindibles en el ecosistema marino) sólo cumplen con sus instintos y capacidades naturales para obtener alimento y en muy pocos casos son depredadores del hombre. Su fama sanguinaria (ya proclamada desde los títulos de los documentales y películas) es totalmente inmerecida, y lamentablemente lleva a muchas personas a creer que son un peligro a eliminar. Como tantos otros hermosos animales que han ido cayendo por el simple hecho de resultar una competencia para una especie que lo quiere todo para sí; o sea, la nuestra.
La que debiera tener fama de destructora y cruel sin límites es precisamente la especie humana, que es capaz de cortarles las aletas vivos (en una práctica denominada finning en inglés) y arrojarlos de nuevo al mar para una muerte lenta y angustiosa. Si quieres, puedes colaborar para detener esta práctica infame.
P.D: Perdonad porque creo que me ha salido un post demasiado realista… en otra ocasión prometo defender mejor la bandera de las diminutopías!
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