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Cartel del espectáculo Great War, sobre la Primera Guerra Mundial |
No son espectáculos para pasar el rato, aunque resulten absorbentes y de una intensidad dramática igualable a otras obras con personajes de carne y hueso. Son montajes de una gran belleza estética, que invitan a pensar, conmueven, sorprenden y, como colchón emocional, desarrollan un humor entre lo ingenuo y lo sarcástico que nos desconcierta y nos mantiene interesados.
Su obra sobre el campo de concentración más famoso del Tercer Reich, Auschwitz, se titula Kamp. En ella, ocho mil figuritas de apenas 8 cm de alto ponen en escena una tragedia que nunca se agota. Sus pequeños actores deambulan sobre un escenario de horror, mientras los manipuladores de las figuras actúan como reporteros. El público asiste a uno de los mayores crímenes de la humanidad representado de forma desconcertante por pequeños muñecos, lo que no le resta ni un milímetro de contundencia. Según la crítica del periódico Noordhollands Dagblad, "el espectáculo conmueve de tal manera que, al final, el espectador no sabe si aplaudir o abandonar la sala en silencio".
Aquí podeís ver unas escenas:
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Cartel de la obra Kamp, sobre el campo de concentración de Auschwitz |

Tienen muchas otras obras maravillosas, como The Ring, inspirada en El Anillo de los Nibelungos, en la que las cámaras espían la ascensión y caída de un imperio de insectos con la música de Wagner. O City Now, en la que la ciudad es la protagonista del espectáculo, con las cámaras entrando en sus calles y edificios, y hasta en los mismos pensamientos de los habitantes.
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Miembros de la compañía durante una representación |
En resumen, hablar de Hotel Modern es hablar con palabras mayores del mundo de las miniaturas, pues pocas veces se puede ver desde lo minúsculo un espacio creativo tan enorme, contando historias que trascienden el mero espectáculo para instalarse entre nuestras vivencias para siempre.
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